Niños rebeldes (Primera parte)

Como todos ustedes sabrán, dentro de unos meses, mi esposo Manolo y yo seremos padres y cuando pienso en el nacimiento de nuestro bebé no puedo evitar sentir una gran emoción por el simple hecho de tenerlo entre mis brazos, conocerlo y saber que está bien, que será el niño o niña más hermoso del mundo y por lo tanto el más amado de todos; claro, este es el sentimiento de todos los padres que desean tener un hijo; sin embargo, con tanta emoción nunca nos imaginamos la responsabilidad que un niño conlleva hasta que lo vivimos en carne propia.
Manolo y yo tenemos muchos amigos que gracias a Dios tienen la oportunidad y la dicha de ser padres con los cuales hemos compartido y vivido momentos de alegría, tristezas, enfermedades y los famosos berrinches de esos hermosos angelitos.
Por esta última y sencilla razón, estamos un tanto preocupados sobre la educación que le daremos a nuestro bebé. Como madre aún no tengo experiencia, pero como tía y Pedagoga he podido aprender algunas cosas. Por tal motivo, quise escribir estas líneas para todos mis amigos, sean padres, tíos, padrinos, etc., que convivan con niños pequeños y no entiendan su comportamiento.
La infancia es una de las etapas más bonitas y divertidas de un niño, pero también una de las más difíciles para los padres, durante los primeros 7 años de su vida tenemos la gran responsabilidad de enseñarlos para que en un futuro sean buenos, educados, responsables, dedicados, sociables o líderes en alguna o algunas áreas de su vida etc., lo que hayamos podido lograr en ese tiempo será decisivo, después es mucho más difícil, pero ¿cómo lograrlo?
Entre los 2 y 3 años de edad, el niño pasa por la etapa de la autonomía, acompañada de dudas y hasta vergüenza, los padres no logramos comprender el desarrollo psicosocial de nuestros hijos y olvidamos que ellos también tienen formas de expresar sus sentimientos y emociones; en esta etapa empiezan a explorar un medio diferente, son curiosos, llenos de energía, desarrollan la confianza y aprenden a regular su conducta; sin embargo, si el niño reprueba esta etapa y los padres contribuimos a ello, como resultado tendremos un niño impulsivo, compulsivo que constantemente estará desafiando a la autoridad.
Para no aburrirlos o dejarlos picados, hasta aquí llegaremos el día de hoy, en la próxima entrada seguiremos con las etapas de la infancia y su relación con la rebeldía; si tienen alguna duda o preguntas dejen su comentario y si no lo sabemos lo investigamos.

Hasta la próxima...